¡Duerme, mi pueblo!, ¡duerme!
y a la mañana..., ¡despierta!
que la mar lavará tu cara,
¡con la brisa fresca…!
¡Duerme!, mientras ella te arrulla,
¡en la noche quieta…!
y, al vaivén de sus olas,
¡te canta y aquieta…!
Duerme, ¡mi pueblo, duerme…!
¡que suene la mar,
en las caracolas…!
¡y, a la mañana, despierta!
que, al llegar el alba,
la mar, lavará tu cara…
¡con su brisa fresca…!
A. Carrascosa
Torrenueva 18-03-2012