lunes, 24 de mayo de 2010

LLUEVE SOBRE LA MAR


Llueve sobre la mar,
sobre la playa,
en las calles de mi pueblo,
y yo,¡ resguardado en casa, dentro…!

¡Cuántos niños aún quedan
sin techo, al descubierto,
bajo ésta u otra lluvia,
bajo éste u otro viento…!

¡Cuántos niños, hoy, tienen frío
porque revuelto sigue el tiempo;
sin nada que comer,
sin nada que llevar
a su estómago hambriento…
Mientras, yo vivo feliz
tras la vidriera del aposento,
en mi cálido hogar,
contemplando la lluvia
que, afuera, sigue cayendo…!

Llueve sobre la mar
y en las calles de mi pueblo.
A lo lejos, sigo viendo
a muchos niños sin hogar,
quienes lloran, sin consuelo;
que piden, brazos abiertos,
que les quieran abrigar.

















Yo quisiera abrazar
a tanto niño desnudo,
que sufre silente y mudo;
y, en su mirar suplicante,
sereno, dulce y profundo,
nos entregan humanidad…
¡Su regalo para este mundo…!

Quisiera dar alimento
a cuantos piden su pan
con la fuerza del hambriento.
Poco, o nada, exigen a la vida.
¡Quieren sólo que mi amor
mitigue su desaliento…!

Yo, a esos niños quiero dar
parte de lo que tengo.
A ellos pido perdón
por mi olvido, consciente y cierto.

¡Llueve sobre la mar.
Fuera de mi aposento
hace frío y viento…
Lejos hay niños, para amar
ahora y en todo momento;
que tienen hambre y frío,
que han de seguir viviendo…!


A.Carrascosa.

Torrenueva 26-01-06

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