sábado, 2 de noviembre de 2013

¡ Y MIS OJOS, TAN CIEGOS...!



¡Y MIS OJOS, TAN CIEGOS…!


¡Cómo puedo decir que soy cristiano
si no asumo el dolor, que Tú has sufrido,
al querer que yo fuese redimido
por tu amor…, ese amor que yo profano!

¡Si no olvido la ofensa de mi hermano,
cuando pide perdón, arrepentido,
ni comprendo el error que ha cometido…
cómo puedo llamarme buen cristiano!

Caminar junto a Ti, ¡cuánto quisiera…!
y llevar yo la Cruz, para ayudarte
a que fuese su carga más ligera…

Mas mi amor, insensible al contemplarte,
¡y mis ojos, tan ciegos…!, de manera,
que no ven esa Cruz para adorarte.



A.    Carrascosa

                                                    Torrenueva 21-04 2011

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