lunes, 22 de febrero de 2010
El Verano
En los días serenos, cuando la brisa de la mar traía el olor a sal,tú paseabas,
sin prisas, por su orilla, y el vaivén de sus tenues y minúsculas olillas
acariciaban delicadamente tus pies.
Yo estaba aún lejos de ti..., ausente... porque entonces algo me impedía seguir a tu lado,hasta que llegara el momento propicio. Posiblemente era un sueño que anidaba en mí y que había de lograr.
Antonio
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